Menos es más


A mis hijas les cuesta mucho imaginar cómo yo era capaz de hacer los trabajos de la escuela sin Internet y aún más sin ordenador. "O tenías la suerte de tener enciclopedias en casa o tenías que ir a la biblioteca y compartir los mismos libros con todos los compañeros que habían decidido hacer el trabajo el mismo día que tú". "Y las fotos... pues en las papelerías vendían unos cromos, clasificados por temas, que pegabas en las páginas cuando ya habías escrito el texto "... "Ah, y si te equivocabas al escribir a máquina ¡tenías que utilizar unos papelitos de Tipp-ex en los que tenías que picar de nuevo la misma letra encima para que quedara tapada y poder rectificar!

Sí, las cosas han cambiado mucho y sin duda todos nos beneficiamos de las nuevas tecnologías y, sobre todo, de la facilidad con que podemos acceder a cualquier tipo de información. Por extraño que sea lo que busquemos ¡en Internet siempre encontraremos algún resultado! Pero por otro lado, si hacemos una búsqueda sobre un tema común o muy general, como podrían ser los animales mamíferos o el arte románico, ¡tardaríamos años en leer todas las entradas que aparecen!

No sé si se hace de manera particular en alguna escuela, pero creo que ya hace unos años que se está haciendo imprescindible una asignatura en la que se enseñe a los niños a buscar y seleccionar la información que encuentran en Internet. Desde muy pequeños ya se les pide que, con la ayuda de los padres, recojan datos sobre temas diversos para compartir en clase. No es de extrañar que, a medida que van pasando de curso y ya buscan la información solitos, acaben todos en la página de Wikipedia y digan que con eso ya tienen suficiente. No creo que yo sea la única madre que haya dicho alguna vez a sus hijos: "¡Pero no os quedéis sólo con la Wikipedia! Buscad más cosas, comparadlas y tomad un poco de aquí y otro de allá, según lo que creáis que os servirá más"...

Pues mira por dónde, acabo de encontrar la parte positiva de la postura "cómoda" de los niños y, como siempre, reconozco que en muchas ocasiones podemos aprender mucho de su manera de ver las cosas. Con eso ahora no quiero decir que tener mucha información sea negativo, que nos tengamos que quedar con la primera que recibimos ni que no tengamos que cuestionarla, sino que a veces quizá deberíamos dejar de acumular tanta... De hecho ya se ha creado una palabra para definir este exceso de información que "sufrimos" actualmente: infoxicación. Y es que nos llega tanta y por tantas vías que creo que somos incapaces de digerirla toda y mucho menos de utilizarla para algo...

Los adultos que crecimos buscando información en las enciclopedias nos hemos visto fascinados por la facilidad con que ahora podemos leer, aprender y disfrutar sobre cualquier tema que nos interese. De alguna manera hemos actuado como haría una persona famélica si de repente la pusieran delante de un buffet libre. Y claro, eso se puede mantener durante un tiempo, pero no para siempre... Los niños, en cambio, ya han crecido en medio de este "buffet libre" de información y no les parece tan fascinante, de modo que cuando les toca comer cogen el plato que más fácil les resulta de digerir. Saben perfectamente que el resto está ahí para cuando lo necesiten y que no hace falta acumularlo todo de golpe.

La verdad es que no puedo opinar sobre lo que sucede con otros temas, pero al menos por experiencia propia y por lo que sé de otras personas, esta infoxicación es muy generalizada en lo referente al autoconocimiento y a todo lo que esté relacionado con el desarrollo personal. Honestamente, yo me pongo al frente de la lista de personas que durante años hemos leído un libro tras otro, hemos visto películas, hemos asistido a cursos, talleres y conferencias, etc., etc., esperando encontrar, por fin , la información que nos dará la clave para conseguir iluminarnos de una vez por todas. Ahora, además, ya nos llega información sin buscarla, en multitud de correos que los amigos nos reenvían y que muchas veces abrimos sólo pensando: "Vaya, ¿y si no lo miro y resulta que me pierdo algo interesante?"

Sí que es cierto que de todo se aprende y que todo el conocimiento que vamos adquiriendo nos enriquece en gran medida, pero... ¿es verdaderamente necesaria tanta información? ¿No nos estamos complicando la vida o quizá lo que hacemos es seguir recopilando datos para evitar tener que llevarlos a la práctica? En lugar de llenarnos tanto la cabeza, ¿no deberíamos tal vez prestar un poco más de atención al corazón?

Creo que si fuéramos capaces de aplicar día a día sólo el 1% de todo lo que "sabemos" nuestras vidas cambiarían radicalmente. Si de todo lo que hemos visto, leído u oído sólo nos quedáramos, por ejemplo, con "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" o "Ama a tu enemigo" y lo siguiéramos al pie de la letra ¡ya no nos haría falta nada más! Pero somos tan incapaces de hacerlo que necesitamos encontrar vías alternativas que nos resulten más fáciles, porque por fuerza tiene que haber otras maneras ¿no?

Mi ex-suegra es una mujer sin estudios y podríamos decir que sin ningún tipo de cultura. Es de aquellas personas con las que no puedes hablar de nada que no sea la familia, el tiempo, la comida o algún cotilleo de los famosos. Confieso abiertamente que mientras estuve casada con su hijo me costaba mucho mantener una conversación y me agobiaba muchísimo a su lado - claro, yo era una chica "de mundo", con carrera, idiomas, una mente muy abierta y con aspiraciones ;) -. Cuando la visitábamos con mis hijas me desesperaba viendo cómo las malcriaba - evidentemente ella no tenía ni idea de temas de educación ;) -. Ahora no puedo más que reírme de mí misma. Para empezar, ha "malcriado" a sus dos hijos durante toda la vida y te puedo decir que el mundo sería un lugar mucho mejor si sólo la mitad de los hombres que viven en él fueran como ellos. Esta mujer, en su ignorancia y su escasa inteligencia, se ha pasado la vida haciendo lo que todos deberíamos hacer: amar a los demás sin esperar nada a cambio y dar con la única finalidad de ver a los demás felices. "¡Chapeau!"

No ha leído ningún libro de filosofía ni de física cuántica, no tiene ni idea de psicología ni sabe qué es el crecimiento personal, pero sin saber nada ha hecho más de lo que muchos de nosotros seguramente seremos capaces de hacer con tantos conocimientos teóricos. Obviamente no es perfecta y ha cometido sus errores, como todos, pero ahora mismo ¡es una de las personas que más admiro!

Aquellos que nos consideramos seguidores del camino espiritual, por decirlo de alguna manera, sabemos que las respuestas siempre están en nuestro interior ¡pero en cambio seguimos buscándolas fuera! Creo que la información que tenemos a estas alturas ya es más que suficiente para empezar a ponerla en práctica. Pues claro que leer de vez en cuando nos ayuda a mantener nuestra visión y nos permite sentir que somos parte de una gran comunidad de personas que siguen el mismo camino que nosotros, pero también es importante que seamos capaces de dejar un poco de espacio vacío porque cuando sea el momento se pueda llenar con las cosas que descubrimos por nosotros mismos.

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